viernes, 10 de junio de 2011

El futuro del aprendizaje empresarial: Formación J.I.T

Un nuevo concepto de formación que está sonando cada vez más en foros y servicios formativos online es el de la formación JIT (Just in Time). El claro guiño del término a los procesos productivos impulsados por Toyota se basa en la innovadora naturaleza de este tipo de formación.  La formación JIT provee a los alumnos de la información necesaria para poder llevar a cabo su trabajo en el momento que éstos la requieran desde sus puestos de trabajo.


Este concepto parte del tipo más efectivo de formación empresarial: la capacitación profesional que recibe un aprendiz de manos de un experto sobre tareas relacionadas a su puesto de trabajo. Pero J.I.T aporta el elemento fundamental de las nuevas tecnologías, es decir, no dependemos de la presencia del experto, simplemente podemos acceder a un repositorio bien organizado en nuestra plataforma de formación en nuestra intranet de los métodos y procesos de nuestro trabajo. Esta formación se convierte en un apoyo formativo constante a nuestro desempeño profesional.
Los beneficios de este tipo de formación son múltiples:

1 – En la formación tradicional en aula o taller, el alumno aprende una serie de técnicas que puede tardar bastante tiempo en ponerlas en marcha, con lo que es posible que con el tiempo cuando por fin necesite aplicar su aprendizaje, al alumno se le haya olvidado el proceso. Con JIT el tiempo entre el aprendizaje y la aplicación del mismo es mínimo con lo que se reduce el riesgo del olvido a cero.
2 – La formación JIT se transmite cuando se necesita y se basa en la necesidad específica del alumno en ese momento. Para eso, es esencial que la formación esté totalmente personalizada a las necesidades del puesto de trabajo. No tiene sentido realizar 1 hora de material formativo cuando en realidad sólo 15 minutos de ese material es relativo a nuestro puesto de trabajo. JIT consisten en múltiples y  píldoras formativas bien organizadas y distribuidas por las posibles necesidades de un puesto de trabajo.
3 – No existe formación con mayor retorno a la inversión. Se quitan de golpe y plumazo los gastos típicos de la formación presencial: costes de impartición, desplazamiento, dietas, y el tiempo en que los participantes están fuera de sus puestos de trabajo. Aunque el coste inicial de la implementación de una plataforma JIT puede ser significante, sobre todo si se trata de una formación dirigida a un colectivo muy específico, estos costes se compensan rápidamente con la mejora de la productividad y la reducción en los tiempos de la formación continua.


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